Atrapasueños

Lo mejor de cada casa





                             

 ALEX (hombre)

Actualmente es nuestro atleta más aventajado: corredor de maratones, medias maratones, diez kilómetros y todo lo que se le ponga por delante. También distinguido por sus hábitos alimentarios de lo más particulares, como comer las nueces con cáscara. Sirva de anécdota el hecho de que un día que le dijeron que necesitaba hierro fue y se tragó el casca nueces. ¡Se lo come todo! Cuando su madre le decía que se tragara el plato él se lo tomaba al pie de la letra y no dejaba ni rastro de la porcelana. Para "hombre" las mesas son galletas y como era de esperar lo mismo le sucede con las carreras: entiende las cuestas como falsos llanos y las montañas como cuestas.
Se dice que un día se encontraba mal, fue al médico y le tuvieron que operar de urgencia; de su interior extrajeron una máquina de coser. Al preguntarle cómo había llegado el artilugio a su estómago, respondió que se había levantado por la noche con hambre y no había visto lo que se comía. (un despiste lo tiene cualquiera).
Qué puedo decir más, es un angelito.




DAVID (chico)

Un tipo peculiar “chico”. Cuando corre parece que flota. Su presencia es ligera, más que dar zancadas se desliza sobre el suelo como si llevara patines. De momento le ve el culo de lejos a “hombre” pero con su juventud es cuestión de tiempo que le cuente los pelos de las piernas (“hombre” no se depila).
Enjuto, guapo, de mirada fiera, se dice de él que ha sido dotado excepcionalmente por la Naturaleza para las artes amatorias, hasta tal punto que en el instituto las chicas le obsequian su ropa interior con el teléfono escrito con la tinta del deseo. Hay que tener cuidado con "chico", bajo ese rostro angelical se oculta un individuo sin escrúpulos dado a todo tipo de placeres, incluido el de triunfar, por lo que pasará por encima de todo aquel que se cruce en su camino hacia un objetivo (acabo de definir a un político, ¡qué horror!).
“Chico”, después de todo, tiene sus virtudes: es duro, no se queja, no pide nada y en las carreras no se distrae ni para beber agua. 
Ánimo, adolescentes y jóvenes, es todo vuestro.


PILI (fuego)
             
El ser humano es un gran misterio. Dentro de él conviven personalidades distintas, en ocasiones tan antagónicas que casi podríamos hablar de una auténtica posesión demoníaca. El caso de «fuego» es muy representativo. Por un lado tenemos a un ser bucólico, alegre, romántico y chispeante; con una mirada tierna que te desarma y una voz acariciadora. Pero por otro lado —siempre tiene que haber un pero— existe una mujer que bebe el exceso como el que bebe agua: a grandes tragos. Rinde culto al demonio, participa en todo tipo de aquelarres y no evita ninguna tentación. ¿Para qué? Ella es la representación viva —en sus momentos más enajenados— de un impulso irresistible hacia un abismo en el que cualquier perversión cabe. ¡Una alhaja! 
No siempre es así y tiene momentos encantadores en que disfruta, patética, cosiendo un botón o recitando poemas de Bécquer. En fin, nadie es perfecto. 
Como se puede ver, en nuestro barco pirata, lleno de «seres humanos libres», se admite a personajes variopintos y peculiares; «fuego» es una buena representación de los mismos, mantiene nuestra enseña alta en todos los abordajes que realizamos por las distintas carreras del ancho mundo.


ÁNGEL (tortuga)

Se le compara con la "tortuga" debido al aguante que tiene y a su dureza. Es un hombre cuya actitud ante la vida es sinónimo de cabronazo. Desde que empezó a correr siempre ha ido de menos a más. Probablemente en este momento se sienta orgulloso de si mismo, no por su trayectoria deportiva sino por lo capullo que es. 

Pero bueno, en el mundo tiene que haber de todo. Es un gran amante de la música —cuando oye rugir una guitarra se vuelve loco—, amigo de la cerveza y víctima incurable del deseo.

No se recomienda subestimar el poderío de "tortuga" ya que cuenta la leyenda que cuando se sube en su barco pirata rumbo a la gloria, no se sabe nunca donde está, dispara con los cañones del silencio, sin más; de repente lo dejas de oír y cuando te das cuenta lo tienes a 10 metros por delante. Se desliza entre la bruma de la gente sin dejar estela y si es atacado, se recupera rabioso. Se dice entre susurros que en una San Silvestre en que su barco chocó con obstáculos difíciles de divisar, tuvo roturas severas en una amura y en cubierta, sin embargo izó todas sus velas, le pisoteó los huevos a todo el que se le puso por delante y batió su record personal. Tortuga es así.