V Carrera popular de Paracuellos de Jarama (28/11/2010)

Paracuellos de Jarama fue una fiesta. Este pueblo de la Comunidad de Madrid situado junto al aeropuerto de Barajas, celebró la quinta carrera popular de su historia, en la que participaron cerca de 1500 corredores. Llegamos a él sobre las 9 de la mañana con dos grados bajo cero. El sábado habíamos recibido un correo electrónico que nos indicaba la dirección del polideportivo en donde se concentraban los servicios de la carrera. En el mismo nos advertían de que iba a hacer mucho frío, como así fue.

No tuvimos ningún problema para llegar dirigidos infaliblemente —esta vez— por el «Tom Tom». Nada más entrar en el polideportivo, un grupo de voluntarios nos proporcionó todo tipo de información sobre dónde recoger los chips, los dorsales, dónde estaban los vestuarios y el guardarropa. Como no estamos acostumbrados a tanto mimo nos sentimos reconfortados. El lugar de concentración era una cancha de baloncesto que en esta ocasión iba a ser el cuartel general de los corredores. Allí nos cambiamos, dejamos la ropa y con una buena temperatura hicimos estiramientos. Continuamente un simpático comentarista nos hablaba por la megafonía, informándonos sobre los servicios que los organizadores habían dispuesto.

El sitio era muy agradable, con muchos voluntarios, en general jóvenes, que en cualquier momento se ponían a tu disposición para ayudarte en lo que necesitaras.

Sobre las 9:45 salimos al exterior con temperaturas bajo cero a pesar de que el cielo estaba despejado y lucía el sol. Hicimos alguna exclamación que otra no repetibles sobre el «puto frío» pero contentos. Sentíamos una alegría especial ante la carrera y de cómo estaban saliendo las cosas. En la calle la atención de los organizadores era la misma. Por todos sitios había voluntarios, música y el incansable comentarista al que oíamos como una voz divina que seguía animándonos y dándonos las gracias por participar en la carrera. Muchos ciudadanos del pueblo empezaban a acumularse en la salida, mirándonos con un cierto asombro sobre todo por el frío que hacía.

A la hora en punto se dio la salida; «hombre», «chico» y «tortuga», en compañía de un millar y medio de corredores, nos pusimos en marcha, iniciando un circuito infernal «rompe piernas» con continuas subidas y bajadas. El recorrido estuvo jalonado de público que nos aplaudía al pasar, quizá agradecidos de que estuviéramos allí participando en la carrera de su pueblo. También hubo un grupo de percusionistas que nos animaron al pasar. No faltaron varias ambulancias que apoyaban la carrera sobre todo al final de las cuestas más duras. Cada pocos metros había un voluntario, un policía o un miembro de protección civil.

En el kilómetro cinco tuvimos avituallamiento de agua. La entrada en meta estuvo jalonada de una gran concentración de ciudadanos de Paracuellos de Jarama que nos aplaudían con entusiasmo lo cual para nosotros fue un bálsamo después del esfuerzo realizado. «Hombre» que había llegado hacía un rato nos estaba esperando con sus ánimos habituales. Pero la sorpresa vino justamente cuando atravesamos la meta y unas simpáticas voluntarias nos dieron una manta para que nos abrigáramos.

Lo que vino a continuación fue una fiesta. Nos dieron una magnífica camiseta, fruta a discreción, donuts, bebidas isotónicas, una mochila y sobre todo las gracias por estar allí. Nosotros también les dimos las gracias a ellos por su estupenda organización, meritoria para un pueblo de tan sólo 6000 habitantes.

Para no extenderme no cuento todo lo que disfrutamos pero hubo mucho más: nos vendieron camisetas técnicas de manga larga a dos euros, de manga corta a un euro y guantes de corredor a un euro. En general Paracuellos fue una fiesta para el deporte popular, para sus ciudadanos y una muestra ejemplar de que se pueden hacer las cosas bien. Volveremos

Tortuga