En fin, para qué seguir con insignificancias. Después de recoger dorsales y chips nos fuimos a desayunar café con bollos junto al lago en el único bar que había abierto y la experiencia fue deliciosa. De hecho nunca había estado a las 8 de la mañana allí. Un tipo joven que paseaba a su perro nos anunció que la carrera era gran parte de subida, hecho que ya sabíamos.
El principio de la prueba fue hermoso: buena temperatura, día espléndido y unos aromas que te llenaban como si fueran bocadillos de jamón ibérico solo que sin producir ardor de estómago. Según la organización emprendimos la salida 1500 personas. Sea como fuere entraron en meta 754, lo que tiene diversas interpretaciones. Por un lado, que muchos de los registrados no asistieron y otra que abandonaron un número importante de participantes. De hecho hubo muchos trozos en que la gente subía andando y no era para menos. Los 6,5 km primeros fueron "interesantes", como dijo hombre: "Hechos para endurecernos". Y así fue. Una vez coronado el cerro Garavitas intentamos recuperar en la bajada el tiempo perdido pero fue inútil, no era el día adecuado para luchar contra el reloj; pero llegamos y en buen estado. En meta hubo abrazos, risas y felicitaciones y nos fuimos a casa, tras las consiguientes cervezas, con la sensación del deber cumplido, es decir el deber de sufrir como mandan los cánones.
Si supiera de árboles os diría que el recorrido fue, a pesar de todo, maravilloso. La diosa Naturaleza nos acogió con alegría y no envolvió con sensaciones imposibles de lograr corriendo sobre asfalto.
Tortuga
Los atrapasueños son los mejores, aunque sin Chico no es lo mismo. Parece que el sábado el asilo estuvo abierto... Je, Je.
ResponderEliminarSi empezamos a tocar los hue... ya a estas horas mál vamos. Cuando quieras quedas en los bares con los vegetes y vamos a ver qué pasa. Graciosilla.
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