Moraleja de enmedio tuvo su «público», cerca de setecientos corredores, como lo ha tenido en sus ocho ediciones. Entre los que estábamos Chico, Hombre y Tortuga. Además, en este caso contó con la especial presencia de un «joven» corredor de 81 años. Fue un placer darle la mano y admirarle por su tenacidad y fuerza. Los demás, se puede decir, le acompañamos. Quizá pudimos ir más deprisa pero él nos aventajó en vitalidad y confianza en sí mismo. Yo, sin ir más lejos, maldije las cuestas y a la azarosa Naturaleza que las había creado. Hay que tener en cuenta que el circuito es engañoso, primero bajas como las balas, pero amig@s mí@s, todo lo que se baja se sube y ahí empieza la segunda parte de la carrera. Aunque mi tiempo fue parecido al del año pasado juro que me pregunté durante unos segundos de abatimiento qué demonios hacía allí. No exagero, algunas de las empinadas cuestas eran difíciles de ascender incluso andando. Lo curioso fue que al llegar a meta, mientras me quitaba el chip de la zapatilla, hablé con una compañera de andanzas que me comentó que había corrido en lugares peores, no puedo imaginármelo.
La organización fue perfecta y alegre, quizá con menos espectadores que en la edición anterior. Los premios por sorteo nos mantuvieron clavados ante el escenario del polideportivo en una espera infructuosa; no rifaban mesas de póker que parece que es lo nuestro.
Solo tengo que poner una pega —que espero que los compañeros organizadores la tomen como crítica constructiva—: dada la dureza de la prueba, en las subidas debería haber más voluntarios porque si a algún atleta le hubiera pasado algo, directamente las asistencias no se hubieran enterado si no es a través de algún otro corredor. En este aspecto la carrera popular de Paracuellos del Jarama lo tenía bien previsto y en los desniveles mayores siempre había miembros de protección civil u otro tipo de refuerzos (policía municipal) pendientes de los participantes.
Pero bueno, medalla de oro para esta prueba que seguiremos visitando.
Mando desde aquí recuerdos a Jesús, un veterano que va a cumplir 60 años en breve, y que entró en meta un minuto después de Hombre. Os aseguro que seguir a Hombre no es una broma.
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